Separaciones
En las construcciones del bien, es necesario contar con la retirada de muchos compañeros y, en muchas ocasiones, hasta con la de aquellos que se nos hacen más estimables.
Es preciso aguantar la separación, cuando sea necesaria, así como los árboles toleran la poda.
Es un grave error retener con nosotros un ser amigo que suspira por estar lejos.
En varios casos, los destinos se asemejan a las carreteras que se bifurcan para atender a los designios del progreso.
No servir de constreñimiento para nadie.
Si alguien nos abandona, en medio de empresa alusiva a la felicidad de todos y si no nos es posible atender a la obra, en régimen de soledad, la Divina Providencia suscita la aparición de nuevos compañeros que se nos asocien en la lucha edificante.
Nunca pedir o exigir de otro aquello que el otro no pueda darnos.
No menospreciar a quien quiera que sea.
Sepamos orar en silencio, unos por los otros.
Solamente Dios puede juzgar lo íntimo de cada uno.
XAVIER, Francisco Cândido. Senal Verde. Por el Espíritu André Luiz. Federación Espírita Española. Capitulo 39.