En La Asistencia Social
Aproximarse del asistido encontrando en él una criatura humana, tan humana y tan digna de estima cuanto nuestros seres más queridos.
En tiempo alguno actuar sobreponiendo instrucciones profesionales a los principios de la caridad genuina.
Amparar sin alardear superioridad.
Comprender que todos somos necesitados de esa o de aquella especie, ante Dios y unos antes los otros.
Colocarnos en la situación difícil de quien recibe socorro.
Dar atención a las palabras de los compañeros en privación, oyéndolos con afectuosa paciencia, sin hacer simultáneamente otra cosa y sin interrumpirlos con indagaciones fuera de propósito.
Callar toda observación despiadada o deprimente ante los que sufren, tanto cuanto sabemos silenciar sarcasmo y amargura junto a las criaturas amadas.
Confortar a los necesitados sin exigirles cambios inmediatos.
Ayudar a los asistidos a ser independientes de nosotros.
Respetar las ideas y opiniones de cuantos pretendemos auxiliar.
Nunca subordinar la prestación de servicios o beneficios o la aceptación de los puntos de vista que nos sean personales.
Conservar discreción y respeto al lado de los compañeros en pauperismo o sufrimiento, sin trazar, comentarios descorteses en torno de ellos, cuando la visita termine.
XAVIER, Francisco Cândido. Senal Verde. Por el Espíritu André Luiz. Federación Espírita Española. Capitulo 50.