Preguntas 14 a 16 - Panteísmo
Las respuestas de los Espíritus a Allan Kardec
14. Dios, ¿es un ser distinto, o sería –según la opinión de algunos– la resultante de todas las fuerzas e inteligencias del universo reunidas?
"Si fuese así, Dios no existiría, pues sería el efecto y no la causa. Él no puede ser ambas cosas a la vez.
"Dios existe; no podéis dudarlo; eso es lo esencial. Creedme, no vayáis más allá. No os extraviéis en un laberinto del que no podríais salir. Eso no os haría mejores, sino tal vez un poco más orgullosos, porque creeríais saber y en realidad no sabríais nada. Dejad a un lado, pues, todos esos sistemas. Tenéis suficientes cosas que os incumben más directamente, comenzando por vosotros mismos. Estudiad vuestras propias imperfecciones a fin de deshaceros de ellas. Eso os resultará más útil que querer penetrar lo impenetrable."
15. ¿Qué pensar de la opinión según la cual los cuerpos de la naturaleza, la totalidad de los seres y mundos del universo serían partes de la Divinidad y constituirían, en conjunto, la propia Divinidad? Dicho de otro modo, ¿qué pensar de la doctrina panteísta?
"Como el hombre no puede convertirse en Dios, quiere al menos ser una parte de Él."
16. Quienes profesan esa doctrina pretenden encontrar en ella la demostración de algunos de los atributos de Dios: como los mundos son infinitos, Dios es por eso mismo infinito; como el vacío o la nada no existe en ninguna parte, Dios está en todas partes; como Dios está en todas partes, puesto que todo es parte integrante de Dios, Él confiere a todos los fenómenos de la naturaleza una razón de ser inteligente. ¿Qué se puede oponer a este razonamiento?
"La razón. Reflexionad con madurez; no os será difícil reconocer el absurdo."
KARDEC, Allan. El libro de los espíritus. Consejo Espírita Internacional, 2011.
Comentario de Allan Kardec:
La doctrina panteísta hace de Dios un ser material que, aunque dotado de una inteligencia suprema, sería en mayor dimensión lo que nosotros somos en pequeño. Ahora bien, dado que la materia se transforma sin cesar, si Dios fuese así no tendría ninguna estabilidad; estaría sujeto a todas las vicisitudes, incluso a todas las necesidades de la humanidad; carecería de uno de los atributos esenciales de la naturaleza divina: la inmutabilidad. Las propiedades de la materia no pueden unirse a la idea de Dios sin rebajarlo en nuestro pensamiento. Todas las sutilezas del sofisma no conseguirán resolver el problema de su naturaleza íntima. No sabemos todo lo que Él es, pero sabemos lo que no puede dejar de ser. Ese sistema está en contradicción con las propiedades más esenciales de Dios, pues confunde al Creador con la criatura, exactamente como si se pretendiera que una máquina ingeniosa fuese parte integrante del mecánico que la ha concebido.
La inteligencia de Dios se revela en sus obras como la de un pintor en sus cuadros. No obstante, las obras de Dios no son el propio Dios, así como los cuadros no son el pintor que los ha concebido y ejecutado.